viernes, 15 de noviembre de 2013

RECUERDOS DE TOGO

Este blogg de las historias de Togo que sabéis todos los seguidores, cuando, como y por qué surgió, iba a decir que llega a su fin, pero espero que no, porque no pierdo la esperanza de volver a Togo algún día y continuar teniéndoos al tanto de nuestras vivencias aquí. Tampoco descarto escribir alguna cosa más sobre nuestra estancia en este país maravilloso que recuerde en cualquier momento aún estando en otro lugar, pero de todas formas he probado a contar cosas, a compartir con vosotros momentos, circunstancias, anécdotas y demás y me ha gustado la experiencia, además de haber dado con gente estupenda que se han convertido en seguidores incondicionales y que me animan a seguir contando cosas. Por ello he comenzado un nuevo blog de cosas sencillas de la vida cotidiana que no sé muy bien hacia donde irá y como se desarrollará.

Por todo esto quiero escribir esta entrada dedicándola a los recuerdos de nuestra estancia en Togo, que han sido muchos y muy buenos: la casita de la playa, los lugares como Lomé, sus calles y mercados, sitios preciosos a donde acudimos los domingos,  como Palimé o Aneho, poblados como Vogan que dieron para tanto en este blog, anécdotas simpáticas de Carlos, otras no tan simpáticas que me sucedieron a mí pero que a pesar de todo nos hemos reído con ellas... Pero como he dicho en otras ocasiones lo más importante son las personas y aquí hemos dado con muchas y buenas, que nos hicieron nuestra estancia muy , muy agradable, compañeros de trabajo de Carlos, empleados de los lugares que frecuentamos, amigos...

Durante mi primer mes el Ramtou plage se convirtió en nuestra casa y Paco su dueño en nuestra familia, estuvimos en contacto permanente y compartimos horas de risas, de bromas, payasadas de él y de Carlos  que Sena y yo no olvidaremos jamás, porque es dificil olvidar tantos ratos pasados juntos riéndonos hasta las lagrimas, o verla a ella junto a Carlos ante la pantalla viendo al betis y oyendola gritar:
-Arbitro, cabrón!!. Y otras burradas por el estilo que Carlos le ensañaba.
De la casita de la playa, que decir... Que siempre agradeceré haber vivido en ella a pesar de los problemillas domésticos, o de los acabados que nunca llegaron, porque quizás sin ellos no habría surgido este blog. Mente positiva, siempre mente positiva...

De las amistades que quedarán siempre en nuestro corazón y algunas seguro que en nuestras vidas, que nos acogieron al llegar y nos lo hicieron todo mucho más fácil. 
Y de mi amigo Pepe, que ha sido incondicional hasta el final y hasta se entristeció con mi marcha. Como me ha ocurrido a mi al separarme de él.
Resumiendo, que ha sido positivo y no cambiaría ni un minuto de los pasados  en esta tierra y con la gente que se ha cruzado en nuestras vidas, gracias a todos.


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