Mi marido vino a Togo por segunda vez para tres semanas, de eso hace seis meses. Pero visto lo visto en España no le queda otra que estar lejos de los suyos y yo he venido a acompañarle para hacerle más llevadera su estancia en Lomé.
Aquí nos vemos formando parte de "la movilidad exterior de nuestro país" como diría alguna de las personas que andan haciendo como que gobiernan nuestro país. Aunque os aseguro que no estamos a cinco mil kilómetros de nuestra familia por nuestro "espíritu aventurero" como diría otra. Mi marido y yo tenemos razones de más peso: una hipoteca y un erte lanzado por la empresa para la que él trabaja.
A pesar de todo nos sentimos afortunados por formar parte de los españoles que podemos seguir pagando.
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